Ni mucho menos quisiera compararme a Saramago pero al igual que para él, los árboles son una parte fundamental en mi vida. Tengo la necesidad continua de abrazarlos y llenarme de su fuerza y energía.
Además de formar parte de nuestro medio, yo los considero seres identificados, llenos de vida y sabiduría.
Con el Guadalquivir de fondo. |
El árbol de las lenguas que hemos hecho mis alumnos de 3º ESO y yo. |
Cuando siento la necesidad de abrazarlos, me invade una gran serenidad y equilibrio. Para mí, son seres que permanecen inmóviles al paso del tiempo, viendo las cirscunstancias más hostiles o más bonitas, pasar ante su presencia. Son fuertes y valientes, pues se entregan al frío invierno desprovistos de pesadez y cargas; así, tal cual son, se muestran.
En un descanso, después de recoger almendra. |
Luego, nos cobijan en caso de lluvia y nos dan sombra cuando el sol nos invade. Y ellos siguen allí, como símbolo de lo sabia que es la naturaleza y cómo se adapta al devenir de nuestro mundo.
Lloran, se mueven, viven y mueren, renacen, crecen...¿Qué no hacemos nosotros?
Nada más abrir la ventana de mi dormitorio, este árbol me saluda. |
El árbol que 'casi' fue derribado y, tumbado, ve la vida pasar. |
Sin ellos, no podríamos seguir nuestro camino. La tierra es parte de nosotros y cuidarla y mimarla es parte de nuestro proyecto.
“Soy nieto de un hombre que, al presentir que la muerte estaba a su espera en el hospital a donde lo llevaban, bajó al huerto y fue a despedirse de los árboles que había plantado y cuidado, llorando y abrazándose a cada uno de ellos, como si de un ser querido se tratara.”
Palabras de José Saramago sobre su abuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario